¿Imaginas cómo sería vivir sin normas ni límites? ¿poder hacer cada uno lo que quisiera en cualquier momento? Posiblemente, todo sería un caos y, seguramente nos faltaríamos el respeto constantemente. Pues bien, para que esto no ocurra los niños han de aprender los límites desde su nacimiento, eso sí, adaptados a su grado de desarrollo.
"ESO NO SE TOCA"
En el primer año de vida los límites estarán relacionados con los hábitos y rutinas de la alimentación y el sueño, si las normas están claras y son constantes las acatará. Aunque, todavía no entiende lo que se le dice, es capaz de reconocer el tono de voz y de reaccionar ante él.
En este momento se convierten en exploradores, todo a su alrededor está por descubrir y es cuando los padres utilizan el: "ESO NO SE TOCA" pero el niño no hace caso y vuelve a tocar una y otra vez, aunque creas que no sirve para nada mantente firme con la norma fijada.
"NO HACE CASO A NADA"
Entre los dos y los tres años es la etapa en que los niños se oponen a casi todo y pueden aparecer las rabietas. Mantenerse constante y firme es fundamental para superar con éxito y sin desesperar esta etapa.
Con tres años, los niños necesitan que sean sus padres los guías en la educación y que les enseñen con paciencia lo que se espera de ellos ante una orden. Si se le pide que recoja debes acompañarlo y enseñarle como debe hacerlo pero quien debe terminar de recoger es el niño, no los padres.
No debes darle demasiadas órdenes juntas, si le pides que recoja, se lave las manos y se siente a cenar seguramente sólo haga la primera y las otras se le olvide. Pídesela de una en una y déjale tiempo antes de indicarle la segunda. y, lo más importante, refuerza su comportamiento: ¡qué bien has recogido los juguetes!
"RECOGIENDO FRUTOS"
A partir de los seis años, si los padres han sido constantes y perseverantes en las enseñanza de las normas y los límites y saben que sus hijos los han interiorizado, es momento de ser más flexibles porque el niño ya sabrá lo que tiene que hacer y lo que no, aunque de vez en cuando no esté mal un recordatorio.
"NEGOCIANDO"
La adolescencia es una etapa que no estará carente de conflictos propios de la edad pero, si las normas y los límites han sido enseñados correctamente el modo de resolverlos será más eficaz. Debes de escuchar su criterio y a través de pactos, negociaciones y acuerdos, se irán consensuando los intereses del adolescente y sus padres.
Una vez que el niño ha interiorizado los límites y es responsable de sus actos, se puede empezar a negociar con él, hacer excepciones y establecer pactos.
2 comentarios:
Me ha gustado mucho este artículo. Así estoy yo, intentando crearle a mi hija un hábito para dormir pero ¡¡¡como me cuesta!!!. Al final, cuando se retuerce llorando porque no quiere quedarse en la cuna pienso: "pobrecica, si es que es un bebé..." y claro, así estamos...
¿No cedo aunque llore y llore?.
¿no lo consigo porque al final acabo cogiéndola verdad?
Hola Ester!! Efectivamente, no lo consigues porque la acabas cogiendo. Si es un hábito nuevo que quieres enseñarle, antes de acostarla dile lo que vas a hacer con tono conciliador, déjala tumbada y hazle unas caricias por toda la cara con las yemas de los dedos un minuto aproximadamente, con mucha tranquilidad,sobre todo por el entrecejo y, poco a poco levanta la mano y sal de la habitación. Si llora, espera unos minutos y repite la operación, sólo una vez. Si eres paciente y constante, al final lo conseguirás. Por cierto, las caricias han de ir disminuyendo en función a que vaya adquiriendo el hábito hasta desaparecer completamente. Ya me irás contando. Un saludo
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