"Otra vez lloviendo, no podremos ir al parque,¿ qué hago con mi hijo todo el día metido en casa?, aburrido y, ¡con lo pesadito que se pone cuando no podemos salir!".
¿Cuántas veces has pensado o pronunciado esta frases? Seguro que más de una vez. Es normal, que reclamen tu atención, quieren que le dediques tiempo y,si es posible, todo el que tengas . Hoy puede ser un buen día.
Vamos a intentar que no vuelva a ocurrir y que los días lluviosos y de mucho frío no se conviertan en una tortura.
Comienza el día. ¿Por qué a estos locos bajitos les gusta madrugar tanto? (están adquiriendo hábitos, ellos no distinguen los días).
La hora del desayuno. Lo tenemos todo controlado, ¿verdad?, lo hacemos todos los días. Podéis aprovechar para que pruebe alimentos nuevos, propios de la primera comida del día. Sin exigencias ni enfados; si no quiere, otro día será.
Avanza la mañana. Si se pone a ver dibujos o a jugar por su cuenta, aprovecha para hacer tus quehaceres matutinos; si no, pídele que te ayude a hacerlos por ejemplo, a hacer la cama, sacar el lavavajillas, ... a edades tempranas los niños suelen ser muy colaborativos; su ayuda no te servirá de mucho pero para él, la confianza que le das será muy importante.
Sigue la mañana. Ten en cuenta que a menos edad su atención en las actividades será más reducida y tendrás que cambiar a menudo de actividad. La paciencia es fundamental. Elige juegos que le gusten, puzzles, canciones, la pintura de dedos les encanta ( protege bien una mesa y pintad, no te preocupes si algo se mancha, se
limpia fácilmente. A partir de un año les divierte mucho) y, ¿ la plastilina? enséñale a hacer animales o, simplemente bolas y palos. Tanto la pintura de dedos como la plastilina sólo la pueden utilizar bajo vigilancia para que no se la metan en la boca, hoy es un buen día para sacarlas y jugar.
Se acerca la hora de comer. ¿Por qué no le enseñas a preparar su comida favorita? ¿seguro qué en algo te puede ayudar? Si es demasiado pequeño, puedes poner los ingredientes donde los pueda coger para ir pasándotelos. No olvides decirle lo bien que lo está haciendo mientras le cuentas el proceso de elaboración.
A continuación, poner juntos la mesa, no tengas prisa, enséñale a doblar la servilleta por la mitad para que vea que un cuadrado se convierte en un triángulo, dile a qué lado se colocan los cubiertos (así irá interiorizando los conceptos derecha - izquierda)... No pienses que tu hijo es demasiado pequeño para hacerlo o entenderlo, con escucharte será suficiente. Al finalizar, un aplauso será una buena recompensa, aunque no haya hecho nada.
A comer. Todos sentados en la mesa degustaréis la exquisita receta y elogiaréis el trabajo realizado. Cuando terminéis, toca recoger la mesa, también puede ayudar.
Hora de la sobremesa. Si tu hijo duerme después de comer, dedica ese tiempo para ti; si no es el momento de ver una película adaptada a su edad. Mientras la véis deja que exprese sus opiniones de lo que ve y también puedes explicarle lo qué está pasando y por qué. Cuando termine la película, hablad sobre ella, de los personajes, del papel que tienen, recuérdale partes que le puedan haber llamado la atención para saber qué le ha parecido... Es una buena manera de empezar a fomentar el diálogo entre padres e hijos.
A merendar. Abrir un paquete de galletas, pelar fruta o hacer un zumo, es lo que hacéis cada día. ¿por qué no algo diferente? ¿ has entrado en http://entredatilesyalbaricoques.blogspot.com.es/? podéis hacer, entre otras muchas cosas, unos caracoles muy
originales con pan de molde y crema de cacao que están exquisitos.
Sigue la tarde. Tu hijo es incansable. Puedes elegir algún juego que no hayas hecho por la mañana o podríais disfrazaros y pintaros la cara para hacer un teatro improvisado.Seguro que tienes algún disfraz de tu hijo y el tuyo lo puedes inventar. Mientras os cambiáis, pintáis y jugáis habrá pasado casi toda la tarde.
Ahora toca lavarse bien para quitar toda la pintura, seguramente se va acercando la hora de la cena, puedes hacer que también te ayude a prepararla y repetir todo el proceso del almuerzo.
Hora de dormir. Se acaba el día, si no le cuentas cuentos antes de ir a la cama habitualmente, hoy lo puedes hacer.
Para ti, quizás, habrá sido un día agotador pero, para tu hijo habrá sido uno de los mejores días de su corta vida y sin salir de casa.
Toda esta planificación del día es para que la practiquen todos los miembros de la familia.
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