¿Qué hago cuándo veo a mi hijo pegar? ¿Cómo corrijo su comportamiento para que no lo vuelva a hacer?
Para empezar, quiero dedicar este post a Elia, mamá de Pablo, que me ha manifestado su preocupación al ver a su pequeño pegar a otros niños e, incluso, a la abuela.
Si queremos cambiar el comportamiento del niño, debemos de identificar el origen de sus actos.
Sabemos que los peques de la casa aprenden por imitación no sólo lo bueno sino, también lo no deseable.
Lo que no se debe hacer es "pagarle con la misma moneda". Si el niño ha pegado, no le pegues a él alegando que así se dará cuenta de que duele y no lo volverá a hacer; ocurrirá el efecto contrario, si tu pegas, el niño lo seguirá haciendo porque "si tu pegas yo también puedo pegar".
Si el niño va a un centro infantil es posible que lo haya visto a otro niño y esté imitando el comportamiento.
¿Cómo corregir esta actitud?
En el caso de Pablo, que es el peque que inspira este post, sus objetivos son otro niño y su abuela.
A la abuela, según su mamá, Pablo le da un beso y, a continuación, una torta.
¿Cómo actuar?
Dar besos está muy bien y hay que alabarlo cada vez que lo haga, pegar está mal y hay que hacérselo saber con gesto y tono de voz serios. Además, cuando lo haga pídele que vuelva a darle un beso a la abuela e inmediatamente, cógele las manos y levántaselas en forma de victoria, como si estuvieras festejando con él el haberle dado un beso, no dejando opción a que dé la torta. Repite este acto hasta que no lo vuelva a hacer.
Su amigo Jaime es otra de sus "víctimas", el pequeño pasa algunas tardes en casa de Pablo mientras su mamá trabaja.
¿Cómo actuar?
Por la edad de Pablo (15 meses), su comportamiento puede ser debido a su negativa a que otro niño toque sus cosas y la manera de expresar su desacuerdo es pegando. Sea cual sea su motivo, el comportamiento no es justificable.
Cuando Pablo pegue a Jaime, hay que decirle que lo que ha hecho está mal y Elia, la mamá de Pablo puede irse con Jaime a jugar a otro rincón de la habitación para que Pablo aprenda que sus actos tienen consecuencias.
No hay que decirle que es un niño malo, ni que está castigado, ni "aquí te quedas solo y me voy con Jaime a jugar".
Después de mostrarle tu malestar, pedirle, tranquilamente a Jaime que te acompañe. Si Pablo se
acerca, decirle que puede jugar con vosotros si no vuelve a pegar.
Repetir esta acción hasta que cambie el comportamiento con su amigo.
En ocasiones, que un niño de apenas año y medio pegue parece algo sin importancia y, a priori, no ha de preocupar demasiado siempre y cuando se vaya corrigiendo el comportamiento en el momento que ocurre para que no vaya a más.
Elia y demás mamás y papás, espero que os sirva de ayuda y me contéis la evolución de vuestros peques y, como siempre, PACIENCIA, todos los aprendizajes requieren de un proceso.
El uso de los cubiertos y los niños
¿A qué edad crees que un niño debería saber utilizar los cubiertos?
Para algunos padres enseñar a sus hijos determinados hábitos, conductas o corregir comportamientos les parece demasiado pronto o su hijo es demasiado pequeño.
Comer con las manos, jugar en la mesa, levantarse repetidas veces mientras come, masticar con la boca abierta... son conductas que no deben pasar desapercibidas, ni carentes de importancias y se deben ir corrigiendo desde la primera vez de su aparición, recordándoselo al niño cada vez que se repita.
El uso de los cubiertos no ha de demorarse y comenzará en el momento en que al pequeño se le dé la comida con estos utensilios.
La cuchara
Es el primer cubierto con el que tendrá contacto. A partir de un año o unos meses antes, el niño ya puede empezar a utilizar la cuchara, al principio salpicará la papilla pero, irá evolucionado hasta que, a los cuatro años la dominará por completo.
Con la introducción de los alimentos sólidos, poco después del primer año, es el momento de habituarse a usar el tenedor; al principio le faltará precisión para pinchar o cogerá la comida con los dedos, al ser más fácil. Aproximadamente, a los cuatro años también dominará el uso del tenedor.
El cuchillo
A partir de los cuatro años es el momento de empezar a utilizar el cuchillo. Comenzará cortando alimentos blandos y, llegados los seis años puedra utilizarlo de manera autónoma.
Si se sigue el proceso anterior con sus tiempos y dedicación diaria por parte de los padres, entre los cinco o seis años ya controlará el uso de los cubiertos más habituales aunque, con la coordinación tenedor-cuchillo todavía surgirán dificultades.
Para hacer el proceso un poco más fácil a los padres:
- Paciencia, es la recomendación básica en todos los aprendizajes del niño.
- Supervisión, hasta que no domine el uso del tenedor y el cuchillo.
- Proporcionar cubiertos adaptados en tamaño y peso a los más pequeños.
- Recordarle cuál es la postura de las manos para su uso, lo más fácil para ellos es cerrar el puño al cogerlos.
- Recordarle que para comer se usan los cubiertos, porque se le olvidará y volverá a coger la comida con la mano.
- Comer a la misma hora que el niño, la imitación facilitará el proceso.
El uso de los cubiertos a la hora de comer es un proceso diario, si en los seis primeros años los padres son constantes y van corrigiendo a sus hijos, los pequeños lo aprenderán correctamente.
Los dientes, cuídalos antes de que aparezcan
Los dientes nos van a acompañar durante toda nuestra vida por eso, es muy importante tener una buena higiene, que hemos de aprender desde muy temprana edad.
¿Cuándo enseñar a lavar los dientes a los niños?
Lavarse los dientes al igual que el resto de la higiene corporal ha de ser una rutina que el niño ha de interiorizar desde que es bebé.
La idea más generalizada es que los pequeños han de empezar a lavarse los dientes cuando aparece el primero pero, esto no es así, el comienzo de la higiene de la boca ha de hacerse desde el momento en que empieza la alimentación complementaria.
A los bebés hay que limpiarles la encías después de cada comida con el dedo envuelto en una gasa para, posteriormente, pasar a un dedal de silicona y, finalmente al cepillo, adaptando cada utensilio a la edad del pequeño.
Tanto el cepillo como la pasta de dientes han de ser adecuados a la edad del niño para que, sobre todo con el dentífrico, no se produzca rechazo. Si no queremos que esto ocurra y, estemos seguros de que el producto que elegimos es el adecuado, pedir consejo al dentista o al farmacéutico es la mejor opción.
Como con la mayoría de aprendizajes y adquisición de hábitos los padres han de dar ejemplo a sus hijos.
¿Cuándo enseñar a lavar los dientes a los niños?
Lavarse los dientes al igual que el resto de la higiene corporal ha de ser una rutina que el niño ha de interiorizar desde que es bebé.
La idea más generalizada es que los pequeños han de empezar a lavarse los dientes cuando aparece el primero pero, esto no es así, el comienzo de la higiene de la boca ha de hacerse desde el momento en que empieza la alimentación complementaria.
A los bebés hay que limpiarles la encías después de cada comida con el dedo envuelto en una gasa para, posteriormente, pasar a un dedal de silicona y, finalmente al cepillo, adaptando cada utensilio a la edad del pequeño.
Tanto el cepillo como la pasta de dientes han de ser adecuados a la edad del niño para que, sobre todo con el dentífrico, no se produzca rechazo. Si no queremos que esto ocurra y, estemos seguros de que el producto que elegimos es el adecuado, pedir consejo al dentista o al farmacéutico es la mejor opción.
Como con la mayoría de aprendizajes y adquisición de hábitos los padres han de dar ejemplo a sus hijos.
Mi hij@ sigue mojando la cama
A partir de los 3-4 años, los niños ya son capaces de controlar los esfínteres tanto de día como de noche; sin olvidarnos que cada niño es diferente en la adquisición de habilidades.
En ocasiones y, después de que los padres hayan hecho el proceso adecuadamente su hijo sigue mojando la cama ( el 20% de los niños mayores de cinco años).
Este hecho produce ansiedad e incertidumbre en los progenitores y, "vergüenza" en los pequeños por tener que seguir poniéndose el pañal.
La enuresis está relacionada directamente con antecedentes familiares además de un posible retraso madurativo, alguna enfermedad como infección urinaria o diabetes y situaciones estresantes.
Descartado lo anterior, dos causas para hacerse pis por la noche son beber demasiado líquido antes de ir a dormir y dificultad para despertarse cuando aparecen las ganas de orinar.
Si el niño toma una gran ingesta de líquido antes de dormir (como por ej un vaso de leche) habrá que adelantar la hora de la toma para que la pueda orinar antes de ir a la cama o cambiar por otro lácteo como el yogur.
Si, a pesar de ir al baño antes de acostarse amanece mojado, despertarlo a medianoche sería un buen sistema para que aprenda a detectar que la vejiga está llena antes de hacerse encima. Con niños más mayores y mayor autonomía se puede utilizar la alarma del despertador.
Es fundamental, descartar cualquier problema de tipo fisiológico consultando con el pediatra o el psicólogo si fuese necesario, sobre todo, en aquellos niños que después de controlar los esfínteres vuelven a hacerse pis encima.
En ocasiones y, después de que los padres hayan hecho el proceso adecuadamente su hijo sigue mojando la cama ( el 20% de los niños mayores de cinco años).
Este hecho produce ansiedad e incertidumbre en los progenitores y, "vergüenza" en los pequeños por tener que seguir poniéndose el pañal.
La enuresis está relacionada directamente con antecedentes familiares además de un posible retraso madurativo, alguna enfermedad como infección urinaria o diabetes y situaciones estresantes.
Descartado lo anterior, dos causas para hacerse pis por la noche son beber demasiado líquido antes de ir a dormir y dificultad para despertarse cuando aparecen las ganas de orinar.
Si el niño toma una gran ingesta de líquido antes de dormir (como por ej un vaso de leche) habrá que adelantar la hora de la toma para que la pueda orinar antes de ir a la cama o cambiar por otro lácteo como el yogur.
Si, a pesar de ir al baño antes de acostarse amanece mojado, despertarlo a medianoche sería un buen sistema para que aprenda a detectar que la vejiga está llena antes de hacerse encima. Con niños más mayores y mayor autonomía se puede utilizar la alarma del despertador.
Es fundamental, descartar cualquier problema de tipo fisiológico consultando con el pediatra o el psicólogo si fuese necesario, sobre todo, en aquellos niños que después de controlar los esfínteres vuelven a hacerse pis encima.
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